sábado, 8 de julio de 2023

LOS POBRES IMITAN A LOS RICOS PARA CREERSE COMO ELLOS.



Lo PODEMOS comprobar día a día: los pobres emulan e imitan a los ricos para de ese modo creerse que son como ellos y aparentar ante los demás que son ricos. Pero todo es una mascarada. Lo malo es que votan como si fueran ricos, perjudicando a los demás y a ellos mismos. Ellos se lo merecen pero los demás no.


La imitación de los pobres hacia los ricos.


Una de las características de los niños, y en la cual reside su capacidad para aprender, es la imitación. Los primeros imitados son sus padres, de los cuales lo maman y lo absorben todo. 

Imitan, sus gestos, sus palabras, sus comportamientos, todo. Imitan todo, de una manera, eso sí, inconsciente. 

Ellos no saben que imitan y menos aún saben por qué imitan. Es como el eco que reverbera. Dices una voz alta en un lugar adecuado, y el paisaje te devuelve la voz. 

Como ese objeto -bumerang- que se lanza hacia afuera y él vuelve hacia ti dándose la vuelta. 


Con la imitación, los niños se sienten identificados con sus padres, o con la persona imitada. Real o imaginaria. Primero se imita a los padres, pero después generalmente se imitan héroes de películas, cuentos, ídolos, etc., incluso animales u otros seres. 


Ese sería el porqué, para identificarse con ellos, para ser como ellos, para formar parte de ellos. 


Para, más que ser un lazo de unión, que también, ser ellos mismos, transformándose en los otros. Transformarse en lo que admiran, en lo que desean ser. Fundirse con ellos. De esa manera se sienten más protegidos, se sienten unidos a ellos, perteneciente a ellos, no solos, acompañados y seguros.


Y con esa identificación se hacen a ellos mismos. 

Es una paradoja, porque ese es el proceso de hacerse a ellos mismos, si no se quedan en el camino. 

Imitan para ser el otro e imitan para hacerse ellos mismos, para estar dotados de algo propio, algo que les pertenece y que les hace pertenecer, estar ligados con otros. 

La pertenencia da seguridad y protección a la vez que ellos se creen ser un ser propio. Esto se emparenta con la psicología de las masas.

 

¿Por qué ejercitan esta especie de magia para convertirse en el otro, el admirado?  En realidad, es porque no son ellos mismos. Tienen carencias de identidad y de ser independientes.


El niño está en proceso de desarrollo que le llevará a ser él mismo. Pero está en proceso, está en el camino, aún no ha llegado a ser. A medida que vaya tomando consciencia y realizándose con sus propios actos, descubrirá que imita al otro, e irá dejando de imitarle, porque no quiere ser el otro, sino él, distinto al otro, aunque sea admirado. 


Una cosa es estar ligado a X, y otra muy distinta estar atado a X. En el niño, en su proceso de desarrollo se vive esa paradoja. Estar ligado y estar atado. Porque ambas cosas dan seguridad a un ser que es muy frágil, que necesita protección, seguridad, pertenencia. Pertenecer a otro/s que sienten poderosos. Con el desarrollo y la consciencia, el objetivo será dejar de estar atado, aunque se siga ligado. Ligado, con la significación de tener algo en común, pero siendo libre, no estar atado, donde no se es libre.

 

Bien, hasta aquí hemos hablado del niño. Pero la imitación hacia otros seres admirados, se da también en las personas adultas. En aquellos que se supone que han adquirido la madurez afectiva, y son independientes.


En síntesis, los adultos que imitan, lo hacen por los mismos motivos que el niño. Necesitan ser otro, el admirado  el poderosos, y por esa razón le imitan y aparentan ser como el admirado ídolo. Porque imitándole, se convierten en él, al menos simbólicamente. 


Y la simbología -el significado encubierto- es una de las causas característica del ser humano, por las que actúan. Todo lo que hace, lo hace por el significado oculto que tiene ese deseo, y esa acción, aunque en la realidad parezca otra la causa y el deseo por la que se mueven. Normalmente se cree que es por voluntad propia. Pero muy escasamente poseemos esa capacidad de decidir voluntariamente.


Los mayores imitadores son quienes más carencias sufren. Los pobres imitan a los ricos, los siervos imitan a los amos, los adolescentes y maduros también, imitan a sus admirados actores, actrices, cantantes, políticos, artistas, ídolos de toda especie, etc. 


Los intentan imitar en sus ropajes y vestimentas, en sus adornos, en sus perfúmenes, en sus comportamientos, en sus formas de hablar y de ser


Porque necesitan ser como ellos, parecerse, aparentar ser, ser algo importante, tener una pertenencia, sentirse poderosos, lo cual proporciona seguridad. Porque necesitan héroes, ídolos y mitos a los que admirar e imitar. Y aparentar ser como ellos. Y con ello hacerse a sí mismos, son en cuanto pertenecen a X; Estas seguros perteneciendo a X; se creen más válidos perteneciendo a X; etc., etc.

 

¿Y por qué ocurre esto? Por lo mismo que en los niños, porque no estamos realizados ni satisfechos con lo que somos, no somos nosotros mismos, y no tenemos consciencia de ello. Pero a medida que tomemos consciencia de ello, iremos desprendiéndonos de esa atadura, y empezaremos a ser nosotros mismos. Ser consciente y dejar de querer ser rico; ser consciente y querer de dejar ser amo; ser consciente y dejar de querer ser…; y luchar por sus propios derechos, por la igualdad, porque no haya unos más y otros menos.  Porque cada uno luche por desarrollarse a sí mismo, por desarrollar todos los potenciales que le han impedido desarrollar los privilegios de otros. 


Pero para dar ese paso, lo primero es que brote la consciencia, y lo segundo ponerla en acción. 


Esto no es un problema individual. Y de esto se nutren quienes desean tener atados y manipulados a los demás  para ponerlos a su servicio: los partidos de derechas -no de derechos- y los grandes empresarios, las grandes élites.


Lo que hacen unos y cómo son, influye en los demás. Sobre todo en las democracias actuales donde las mayorías pobres votan a los ricos, los siervos a sus señores y los des-realizados a sus Idolos.


En la antigüedad tenían prohibido que un pobre aparentara ser rico, después fue fácil porque el pobre no podía tener lo del rico, era imposible, problema solucionado.

 

Hoy ocurre algo parecido, los pobres han intentado imitar y aparentar ser ricos, lo intentan de miles de maneras, y los ricos se acorazan en las marcas -y los precios-.

 

Hay algunas marcas que el pobre es incapaz ni de conseguir, por su extremado precio ni siquiera de imitar. 

No es que lo más caro sea lo mejor, ese es un añadido que se pone al producto, lo importante es que es caro, por lo que el pobre no puede comprarlo, eso es lo importante, lo otro es secundario. 

 

Es un logro de los ricos el que los pobres quieran imitarlos, de esa manera se establece que lo de los ricos es bueno, se añora tanto el producto de los ricos como ser ricos. 

 

Al imitar a los ricos también se les imita en su ética y su comportamiento, porque esto es realmente lo que les ha permitido ser ricos. 

A los ricos les caracteriza la carencia de ética, de valores, de utilizar el robo, la mentira, la corrupción como comportamientos normales incluso admirados. 

 

Y estos comportamientos son puestos en práctica por los pobres, con los de su misma clase, robar y mentir, para destacar como ricos entre los pobres.

 

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