Nos
educaron en el miedo: miedo a sentir, a moverse, a tocar, a hablar, a reír, a
llorar, miedo a soñar, a desear, miedo a jugar, miedo al placer y al dolor, a
mirar, a ver, a oír, a cantar, miedo a la lluvia, al sol, al día y a la noche,
al invierno, a la primavera, a las caras, a las personas, a los animales, al
bosque, miedo a la libertad.
- PENSAMIENTO - POESÍA - RELATO - POLÍTICA - SOCIEDAD - EDUCACIÓN - Joaquín Benito Vallejo
martes, 31 de marzo de 2020
EL MIEDO
martes, 24 de marzo de 2020
Crónicas del burro que está dando vueltas alrededor de la noria
¿Qué sentido tiene dar vueltas?
Por qué se para el mundo - dicen. Porque se para la vida. - repiten.
(2)
El burro va más lejos. Piensa que todos los seres del planeta somos como él, que estamos domesticados y se nos engaña haciéndonos creer que no lo estamos, porque vivimos en cuadras modernas o porque en este encarcelamiento nos dan todo tipo de caprichos. Cuando rebuznamos nos sacan de paseo o nos llevan a la fuente o a comer al borde del camino. Para mantenernos entretenidos y contentos. Un poco embobados. ¿pero saben los humanos, por qué rebuzno? Es mi forma de expresión, como muchos humanos que también rebuznan.
El burro disfruta de una empatía especial.
Clama al cielo ¡Lloremos por los seres humanos, no dejemos de llorar, mantengamos siempre presente la comprensión y la pena para los que han sufrido y sufren sin ni siquiera ellos saberlo, esto es lo más grave, porque les quitaron lo que tenían -lo más que podían tener, la capacidad de ser ellos mismos, engañándoles con caprichitos!
.
Pero no ha habido solo caprichos, esto es más grave, la historia de la humanidad no fue hecha en principio con caramelos. Por el contrario, cosas terribles pasaron -y siguen pasando en muchos lugares del mundo- guerras, hambrunas, martirios, violaciones, enfermedades, trabajos forzados, vivir en pajares o pocilgas como cerdos, convertir a las personas en muñecos…, además de ser burros.
Hay que conocer la historia para estremecerse. Y tenerlo siempre presente. La historia de la miseria de la humanidad empezó hace 12.000 años, con el neolítico, cuando se dijo que empezó, paradójicamente, el progreso de la humanidad y la cultura. ¿Es que para que hubiera progreso era necesaria la explotación de unos por otros? Progreso de unos -los explotadores- en perjuicio de otros -los explotados-. Eso no es progreso, eso es legalizar el robo, la explotación y la ignominia.
Mientras exista un ser explotado en la tierra no puede haber progreso.
Y hoy, el 90 % de la población somos explotados. No podemos olvidar esto y no podemos olvidar que esta historia comenzó hace 12.000 años, hay infinidad de pruebas de la explotación, las debemos tener escritas para que no se nos pierdan en la memoria.
Y no podemos desprendernos de estas historias, nuestras historias, en cuanto no queramos recordarlas estamos traicionando a la humanidad y a su capacidad de resurrección.
Nos estamos traicionando a nosotros mismos más que nos pese, traicionamos a nuestros padres que lo sufrieron primero, traicionamos a nuestros hijos por contarles mentiras y no hacerles crecer como seres humanos conscientes. Aunque no se lo contamos, nos decimos, para no hacerlos sufrir
Hay más historias que granos de arena en las playas, más que estrellas en el universo, más que neuronas en nuestro cerebro.
Pero los explotadores han hecho que las historias desaparezcan, puesto que haberlas olvidado es no saber que existen.
Esa es la auténtica y trágica historia de la explotación humana, no saber que existe y existió la explotación. Si no lo sabemos es que no ha existido.
Aparte de hacernos perder la memoria, los explotadores han inventados muchos otros sortilegios. Al principio las heridas eran en la carne, eran muy visibles y contundentes, hoy las heridas son en el alma, no se ven tan claramente, las heridas del alma se reflejan en el rostro, pero son engañosas, dan una apariencia de beatitud tontuna, de felicidad estúpida, de alegría sin complejos, de ignorancia inocente.
Lo peor de todo es no saber que se es tonto, es creerse listo y sabio, piensa el burro.
Si no te sientes identificado en algo de lo que digo, tú eres de quien hablo, has pasado ya a la otra orilla, vives en el limbo de los inocentes, aquellos que murieron antes de nacer y flotan en los cielos.
Todos formamos parte de la miseria de la humanidad, unos como parte de los explotadores, los ricos, los guapos, de quienes es el reino de los cielos y el reino en la tierra, otros como parte de los explotados, de los pobres, de los andrajosos, de los feos, de los que no tienen ningún reino ni en el cielo ni en la tierra.
/ La palabra "rico" tiene muchas connotaciones, siempre buenas: guapo, listo, agraciado, poderoso, culto, educado, elegante, limpio, etc. La palabra "pobre" tiene la significaciones contrarias: feo, penoso, desgraciado, inculto, maleducado, andrajoso, sucio, etc./
Yo, burro, soy de estos últimos, caí en este lado, como la mayoría. Nos salva algo muy interno, la dignidad, y la sapiencia de lo que somos, saber lo que somos nos permite no traicionarnos a nosotros mismos ni a quienes como nosotros viven.
En momentos determinados he formado parte de los explotadores. -Alguna coz que otra he dado, y rebuznos muchos y muy grandes y sonoros-.
Esta es la peor experiencia, sentir que me estaba traicionando a mí mismo y a mis compañeros y sin embargo, no poder hacer nada, dominarme la impotencia, el pavor, la desolación. Rebuzno y doy coces porque no tengo otra forma de expresarme. ¿Cómo manifestar mi hartura y mi indignidad?
No quiero ser explotado ni ser explotador, pero estoy del lado de los explotados. Porque yo he sido explotado, porque he sufrido mucho, porque no quiero perder la memoria, porque hay muchas personas animales como yo, que fueron y son explotadas, y aún no se han enterado.
Lo peor que le puede pasar a una persona animal, es no ser persona ni animal, no sentir que te apalean, no saber que te tienen atado a una noria, dando vueltas todos los días, que ya no se si soy el burro o la noria, o el agua que saco del pozo. A pesar de ser burro no quiero perder la memoria, entonces no sabría que soy un burro, ni que doy vueltas, ni que me pegan, no tener nada, solo la apariencia de la felicidad tontuna de burro.
Este es el mayor logro conseguido por los explotadores, hacer que los explotados tengan apariencia de personas y además, felices.
Porque con la explotación, el explotado deja de ser persona, se convierte en objeto, en cosa, incluso se han hecho tan expertos que han conseguido dar al explotado la imagen aparente de un rico, aunque esto tiene sus matices que un experto detectará siempre, los mismos ricos lo diferencian, para ellos es muy importante tener diferencias y que no se les cuele nadie de la bajeza entre los suyos.
En la antigüedad tenían prohibido que un pobre aparentara ser rico, después fue fácil porque el pobre no podía tener lo del rico, era imposible, problema solucionado.
Hoy ocurre algo parecido, los pobres han intentado imitar y aparentar ser ricos, lo intentan de miles de maneras, y los ricos se acorazan en las marcas -y los precios-.
Hay algunas marcas que el pobre es incapaz ni de conseguir, por su extremado precio ni siquiera de imitar.
No es que lo más caro sea lo mejor, ese es un añadido que se pone al producto, lo importante es que es caro, por lo que el pobre no puede comprarlo, eso es lo importante, lo otro es secundario.
Es un logro de los ricos el que los pobres quieran imitarlos, de esa manera se establece que lo de los ricos es bueno, se añora tanto el producto de los ricos como ser ricos.
Al imitar a los ricos también se les imita en su ética y su comportamiento, porque esto es realmente lo que les ha permitido ser ricos, la carencia de ética, de valores, utilizar el robo, la mentira, la corrupción como comportamientos normales incluso admirados.
Y estos comportamientos son puestos en práctica por los pobres, con los de su misma clase, robar y mentir, para destacar como ricos entre los pobres.
Y al que no adopta estos comportamientos villanos se les llama tontos.
De esta manera, ser honrado es similar a ser tonto.
Y ser rico con sus comportamientos viles es considerado ser listo o inteligente.
Ser listo o inteligente, por cierto, se considera una virtud, una de las mejores, en contra de ser bondadosos.
Así pues, se entrena a los niños en las escuelas para ser inteligentes no para ser bondadosos. Siendo inteligente se puede ascender en la escala social, siendo bondadoso jamás. Y es más inteligente, quien mejor miente, o quien domina más recursos para engañar al otro.
Esta es la filosofía que enseñaron al burro, mejor dicho, que aprendió el burro por su cuenta, dando vueltas alrededor de la noria.
viernes, 13 de marzo de 2020
CÍRCULOS CONCÉNTRICOS
Vivimos en círculos. Círculos concéntricos.
Círculos cerrados – Círculos abiertos – Círculos grandes – círculos estrechos
O círculos permeables que permiten al menos una leve circulación hacia afuera y hacia adentro.
Pero siempre hay lindes que impiden el camino a ciertos transeúntes.
Pero siempre hay boquetes que permiten la escapada a quien se siente preso o a quien quiere ver más luz y paisaje.
Nuestro primer círculo es la familia.
Sus componentes principales –un padre y una madre-, han pertenecido y siguen perteneciendo a otros círculos distintos.
Así se interfieren, se cortan, se superponen, se mezclan y combinan varios círculos con contenidos imposibles de descifrar.
Estos círculos se enlazan a su vez con cada uno de los círculos de nuestros abuelos y tíos, aunque ya sean círculos con una huella menor. Círculos que se van borrando con el tiempo o círculos antiguos que aparecen como nuevos.
Nuestro círculo primigenio nace de otros círculos, se inserta y yace bajo otros más, situados por encima envolviéndonos.
Nuestro pequeño círculo pertenece a otro círculo mayor y a otro y a otro y a otro…, casi sin fin. La familia dentro del barrio, del pueblo, de la región, de la nación, de la civilización…
Dentro de unos hábitos, costumbres, normas, creencias, ideas, historia, fabulaciones, cuentos y mentiras.
Dentro de un estatus económico, de un modo de vida, de una forma de entender el mundo.
El círculo más pequeño se alimenta de los círculos que le envuelven, aunque solo sea por su supervivencia.
Incluso se alimenta de otros círculos que no le pertenecen por la misma razón de la supervivencia.
Hay familias que son clanes cerrados, herméticos, con el mínimo resquicio, apertura, transparencia y permeabilidad. Costumbres y hábitos rígidos. Normas muy estrictas. Inviolables. Creencias marcadas en piedra. Son hijos de otros círculos cerrados, sellados en la roca.
En su cerrazón han puesto su supervivencia.
Viven al lado de otros círculos, casi sin saber nada de ellos, despreciándolos a la vez que cogiendo de ellos lo que les interesa.
Viven al margen.
Ningún círculo puede estar completamente abierto, pero tampoco completamente cerrado. Ambas formas son una amenaza para la integridad y la existencia del círculo.
Un círculo eres tú, otro soy yo. Otro más es una ameba, otro la religión católica o cualquiera que sea, otro es una ideología, otro es un gato, otro es tu cuerpo, tu estómago, tu mente, tus emociones, otro es un banco, otro son los gitanos, otro son los ricos, otros los curas, otros los militares, otros lo mendigos, otros...
Tú, yo, él, cada uno un círculo concéntrico. Con miles de círculos dentro. Miles de mundos aislados peleando entre ellos.
De diablos y ángeles.
Mundos irreconciliables, mundos complementarios, mundos inseparables.
En un círculo, independientemente de que sea cerrado o abierto, pueden darse migraciones de alguno de sus componentes.
Pueden darse por lógicas distintas, porque exista una libertad grande para salir o entrar o puede darse por asfixia, rebeldía, expulsión, necesidad, azar, voluntad…
La migración en todo caso es un estímulo para crecer, cambiar, ser, ver otros mundos, conocer otras mentes, romper esquemas, o simplemente para mudarse de círculo, hacer otro distinto o vivir en otro estatus, que puede volver a ser otro círculo cerrado.
Me he ido de un círculo no para abrirme sino para encerrarme más.
Vuelve a cerrarse el círculo.
A concentrarse sobre uno mismo, sobre su clan.
Los círculos se abren accediendo a nuevos círculos. Círculos de experiencias nuevas, círculos culturales, círculos de pensamiento, círculos diversos, círculos abiertos, círculos fluidos en constante movimiento.
domingo, 8 de marzo de 2020
alfa institut - movimiento, expresión, danza .: Danza tu vida
viernes, 6 de marzo de 2020
DAR Y RECIBIR
Y por tanto se acepta la desigualdad ancestral del que puede dar y del que solo puede recibir porque no tiene nada que dar.
Así, el que da, recibe más que da.
¿Paradójico?
No.
Amos y criados.
¡Qué bueno es el amo, cuánto nos quiere!
Dar es caridad. Caridad no es justicia.
Donde existe la justicia, la caridad sobra, es innecesaria.
Quitar a uno es quitar a los dos.
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