martes, 24 de marzo de 2020

Crónicas del burro que está dando vueltas alrededor de la noria


Crónicas del burro que está dando vueltas alrededor de la noria.


SOMOS BURROS, ESTAMOS ATADOS A UNOS APAREJOS CON ANTOJERAS PUESTAS, PARA NO VER MÁS ALLÁ DE NUESTROS HOCICOS, DANDO VUELTAS A UNA  NORIA   

(1)
 
Mantengamos nuestras rutinas, nos dicen. 
Hagamos infinidad de cosas para no aburrirnos en la noria, 
demos vueltas y más vueltas, no paremos. 
En eso consiste nuestra vida, si dejamos de dar vueltas nos morimos, o no tiene sentido nuestra vida o como se llame esto. 

¿Qué sentido tiene dar vueltas?
¿Por qué a nadie se le ocurre parar? 
Por qué se para el mundo - dicen. Porque se para la vida. - repiten. 
¿Y para que queremos estar en un mundo dando vueltas todo el día? 

Porque si nos paramos nos aburrimos, y si nos aburrimos nos morimos. 
Porque nos han puesto aquí para dar vueltas, con los ojos y los oídos taponados. 

Los burros no podemos decidir. No podemos hacer nada. ¡Somos burros!
No podemos olvidar que somos burros.

Y si a los burros nos diera por pensar, es un decir, ¿Que pensaríamos? 
Nada, es imposible.

Quizá, si dejáramos de dar vueltas, porque nos ha picado una mosca o porque el cuerpo ya no aguanta más, quizá se nos ocurriera otra cosa, se nos ocurriría pensar algo, pero podría ser peligrosa, no sé, eso dicen, porque yo solo estoy dando vueltas, y no me atrevo a parar por miedo, porque puede pasar algo, no sé lo que puede pasar, pero tengo miedo de que algo pase, algo grave podría pasar si dejara, si dejáramos de dar vueltas, si nos quitáramos las antojeras, si nos destaponáramos los oídos, por eso creo que lo mejor es seguir dando vueltas en la noria.

 (2) 

El burro va más lejos. Piensa que todos los seres del planeta somos como él,  que estamos domesticados y se nos engaña haciéndonos creer que no lo estamos, porque vivimos en cuadras modernas o porque en este encarcelamiento nos dan todo tipo de caprichos. Cuando rebuznamos nos sacan de paseo o nos llevan a la fuente o a comer al borde del camino. Para mantenernos entretenidos y contentos. Un poco embobados.  ¿pero saben los humanos, por qué rebuzno? Es mi forma de expresión, como muchos humanos que también rebuznan.

 

El burro disfruta de una empatía especial. 

Clama al cielo ¡Lloremos por los seres humanos, no dejemos de llorar, mantengamos siempre presente la comprensión y la pena para los que han sufrido y sufren sin ni siquiera ellos saberlo, esto es lo más grave, porque les quitaron lo que tenían -lo más que podían tener, la capacidad de ser ellos mismos, engañándoles con caprichitos!

Pero no ha habido solo caprichos, esto es más grave, la historia de la humanidad no fue hecha en principio con caramelos. Por el contrario, cosas terribles pasaron -y siguen pasando en muchos lugares del mundo- guerras, hambrunas, martirios, violaciones, enfermedades, trabajos forzados, vivir en pajares o pocilgas como cerdos, convertir a las personas en muñecos…, además de ser burros. 

 

Hay que conocer la historia para estremecerse. Y tenerlo siempre presente. La historia de la miseria de la humanidad empezó hace 12.000 años, con el neolítico, cuando se dijo que empezó, paradójicamente, el progreso de la humanidad y la cultura. ¿Es que para que hubiera progreso era necesaria la explotación de unos por otros? Progreso de unos -los explotadores- en perjuicio de otros -los explotados-. Eso no es progreso, eso es legalizar el robo, la explotación y la ignominia. 


Mientras exista un ser explotado en la tierra no puede haber progreso. 

Y hoy, el 90 % de la población somos explotados. No podemos olvidar esto y no podemos olvidar que esta historia comenzó hace 12.000 años, hay infinidad de pruebas de la explotación, las debemos tener escritas para que no se nos pierdan en la memoria. 


Y no podemos desprendernos de estas historias, nuestras historias, en cuanto no queramos recordarlas estamos traicionando a la humanidad y a su capacidad de resurrección. 


Nos estamos traicionando a nosotros mismos más que nos pese, traicionamos a nuestros padres que lo sufrieron primero, traicionamos a nuestros hijos por contarles mentiras y no hacerles crecer como seres humanos conscientes. Aunque no se lo contamos, nos decimos, para no hacerlos sufrir

 

Hay más historias que granos de arena en las playas, más que estrellas en el universo, más que neuronas en nuestro cerebro. 


Pero los explotadores han hecho que las historias desaparezcan, puesto que haberlas olvidado es no saber que existen. 

Esa es la auténtica y trágica historia de la explotación humana, no saber que existe y existió la explotación. Si no lo sabemos es que no ha existido. 


Aparte de hacernos perder la memoria, los explotadores han inventados muchos otros sortilegios. Al principio las heridas eran en la carne, eran muy visibles y contundentes, hoy las heridas son en el alma, no se ven tan claramente, las heridas del alma se reflejan en el rostro, pero son engañosas, dan una apariencia de beatitud tontuna, de felicidad estúpida, de alegría sin complejos, de ignorancia inocente. 


Lo peor de todo es no saber que se es tonto, es creerse listo y sabio, piensa el burro.


Si no te sientes identificado en algo de lo que digo, tú eres de quien hablo, has pasado ya a la otra orilla, vives en el limbo de los inocentes, aquellos que murieron antes de nacer y flotan en los cielos. 


Todos formamos parte de la miseria de la humanidad, unos como parte de los explotadores, los ricos, los guapos, de quienes es el reino de los cielos y el reino en la tierra, otros como parte de los explotados, de los pobres, de los andrajosos, de los feos, de los que no tienen ningún reino ni en el cielo ni en la tierra. 


/ La palabra "rico" tiene muchas connotaciones, siempre buenas: guapo, listo, agraciado, poderoso, culto, educado, elegante, limpio, etc. La palabra "pobre" tiene la significaciones contrarias: feo, penoso, desgraciado, inculto, maleducado, andrajoso, sucio, etc./  

 

Yo, burro, soy de estos últimos, caí en este lado, como la mayoría. Nos salva algo muy interno, la dignidad, y la sapiencia de lo que somos, saber lo que somos nos permite no traicionarnos a nosotros mismos ni a quienes como nosotros viven. 

 

En momentos determinados he formado parte de los explotadores. -Alguna coz que otra he dado, y rebuznos muchos y muy grandes y sonoros-.


Esta es la peor experiencia, sentir que me estaba traicionando a mí mismo y a mis compañeros y sin embargo, no poder hacer nada, dominarme la impotencia, el pavor, la desolación. Rebuzno y doy  coces porque no tengo otra forma de expresarme. ¿Cómo manifestar mi hartura y mi indignidad?

 

No quiero ser explotado ni ser explotador, pero estoy del lado de los explotados. Porque yo he sido explotado, porque he sufrido mucho, porque no quiero perder la memoria, porque hay muchas personas animales como yo, que fueron y son explotadas, y aún no se han enterado. 

 

Lo peor que le puede pasar a una persona animal, es no ser persona ni animal, no sentir que te apalean, no saber que te tienen atado a una noria, dando vueltas todos los días, que ya no se si soy el burro o la noria, o el agua que saco del pozo. A pesar de ser burro no quiero perder la memoria, entonces no sabría que soy un burro, ni que doy vueltas, ni que me pegan, no tener nada, solo la apariencia de la felicidad tontuna de burro. 


Este es el mayor logro conseguido por los explotadores, hacer que los explotados tengan apariencia de personas y además, felices. 

 

Porque con la explotación, el explotado deja de ser persona, se convierte en objeto, en cosa, incluso se han hecho tan expertos que han conseguido dar al explotado la imagen aparente de un rico, aunque esto tiene sus matices que un experto detectará siempre, los mismos ricos lo diferencian, para ellos es muy importante tener diferencias y que no se les cuele nadie de la bajeza entre los suyos.

 

En la antigüedad tenían prohibido que un pobre aparentara ser rico, después fue fácil porque el pobre no podía tener lo del rico, era imposible, problema solucionado. 

Hoy ocurre algo parecido, los pobres han intentado imitar y aparentar ser ricos, lo intentan de miles de maneras, y los ricos se acorazan en las marcas -y los precios-.

 

Hay algunas marcas que el pobre es incapaz ni de conseguir, por su extremado precio ni siquiera de imitar. 

No es que lo más caro sea lo mejor, ese es un añadido que se pone al producto, lo importante es que es caro, por lo que el pobre no puede comprarlo, eso es lo importante, lo otro es secundario. 

 

Es un logro de los ricos el que los pobres quieran imitarlos, de esa manera se establece que lo de los ricos es bueno, se añora tanto el producto de los ricos como ser ricos. 

 

Al imitar a los ricos también se les imita en su ética y su comportamiento, porque esto es realmente lo que les ha permitido ser ricos, la carencia de ética, de valores, utilizar el robo, la mentira, la corrupción como comportamientos normales incluso admirados. 

 

Y estos comportamientos son puestos en práctica por los pobres, con los de su misma clase, robar y mentir, para destacar como ricos entre los pobres.

 

Y al que no adopta estos comportamientos villanos se les llama tontos. 

De esta manera, ser honrado es similar a ser tonto. 


Y ser rico con sus comportamientos viles es considerado ser listo o inteligente. 

Ser listo o inteligente, por cierto, se considera una virtud, una de las mejores, en contra de ser bondadosos. 


Así pues, se entrena a los niños en las escuelas para ser inteligentes no para ser bondadosos. Siendo inteligente se puede ascender en la escala social, siendo bondadoso jamás. Y es más inteligente, quien mejor miente, o quien domina más recursos para engañar al otro. 


Esta es la filosofía que enseñaron al burro, mejor dicho, que aprendió el burro por su cuenta, dando vueltas alrededor de la noria.

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