miércoles, 25 de diciembre de 2019

Sexualidad, biología y cultura


Sexualidad - biología y cultura
Joaquín Benito Vallejo

¿Qué es una cosa y qué la otra?
¿El sexo y los comportamientos en torno a él corresponden a un aspecto biológico o cultural?

Es biológico dicen algunos: hay necesidad del sexo como de la comida. Vale, de acuerdo. El sexo igual que la comida es una necesidad biológica.
Pero, de modo parecido a la comida cabe preguntarse, ¿Cuánta es la cantidad? ¿Cuál es la calidad? ¿Tienen una medida o corresponden al libre albedrío? ¿Cada uno come y folla hasta que se sacia? ¿Tienen la misma medida el sexo y la comida?

 Antiguamente, en diversas épocas y culturas ¿se saciaban esas necesidades igual que ahora? 
No, no se comía igual y seguramente tampoco se jodía de la misma manera.
Entonces podemos deducir que hay algo cultural.

Pero ¿se comía y se jodía mejor o peor? ¿El hecho de comer marisco o jamón u otra cosa cualquiera considerada cara, de lujo, exquisita, significa comer mejor?
Aquí podemos mencionar la necesidad y el placer. Dos cosas distintas pero basadas la una en la otra. Si comer -o follar- fuera displacentero no sería una necesidad natural, porque las necesidades deben basarse en el placer. La biología hace que lo necesario para vivir sea placentero, en caso contrario el ser vivo lo rehuiría.

Podemos comer cualquier cosa para alimentarnos, pero a ello le añadimos lo que más nos gusta. Y además el hacerlo en buena compañía y compartiendo otras cosas. De modo similar podemos actuar con el sexo: además de lo necesario le añadimos los ingredientes que más placer nos procuran y lo hacemos en una buena compañía donde además se compartan otras cosas, otros sentidos además de el afecto o el amor.

Aprovecho para decir que comer no es solo engullir, con lo que se tiene el mínimo disfrute de la comida. Ni tampoco el sexo consiste solo en meterla o que te la metan, sino en todo lo que hay alrededor, donde otros sentidos hacen el mayor disfrute: tacto, olfato, gusto, oído, vista. 

No podemos establecer quizá lo que es y era mejor y peor de una manera escueta. Cada persona puede tener diferentes gustos, a unos gustarle más las acelgas y a otros los espárragos. A unos no les puede gustar ni el jamón ni el marisco. A otros les pueden gustar las gallinejas, las chuches, el tocino, los dulces, el café, los licores…
En todo parece haber gustos, costumbres, manías, caprichos, modas, adiciones, o imposiciones del mercado. Hay tantas formas de comer como posibilidades monetarias y culturales. Podríamos decir entonces que la comida es una necesidad biológica, pero la forma de comer, lo que se come, cuánto y como es cultural. 
Que en torno a la comida, que es una necesidad básica biológica, se ha establecido un negocio cada vez mayor, que es cultural.  Y en el negocio se pierde la ética, ganar más como sea independientemente de que lo que se consume sea bueno o malo.

¿Qué debemos comer y qué follar? ¿con cuánta periodicidad debemos hacerlo? ¿hay personas que necesitan una cosa -alimento o sexo- y otras, otra cosa distinta? Aceptemos, con una cierta lógica, que es así, unas personas necesitan una cosa y otras, otra distinta. Pero ¿esa diferencia es biológica o cultural? Estimemos también, con otra lógica similar, que lo biológico es lo natural, lo bueno, y, por tanto, lo cultural se vuelve antinatural, y malo. Pero ¿es así? ¿Seguro que lo biológico es bueno y lo cultural malo? O, ¿hay una parte buena y otra parte mala en ambos casos?

No podemos desprendernos ni de lo biológico ni de lo cultural, necesitamos ambos ingredientes para ser humanos. Lo que nos ha hecho humanos es lo cultural basado en lo biológico o genético. Pero, mientras que lo biológico es bueno en principio, de no ser que se nazca con una tara o malformación, lo cultural tiene también cosas muy buenas y también malformaciones y taras.

Todo esto surgió un día en que se oyó por la radio que habían inventado un aparato para chupar el clítoris. Alguien de los oyentes exclamó ¡qué aberración, ya no saben que inventar! Otro oyente rebatió: pues no es una degeneración, es algo natural, la mujer que no tiene pareja puede comprarse un chupador de clítoris, porque el sexo es una necesidad igual que la comida. Silencio.

¿Chupar el clítoris es una necesidad biológica?
En principio podemos afirmarlo. ¿pero hacer aparatos especiales para ello…, dónde lo situamos?
Intentemos razonar, intentemos deslindar lo que es natural, biológico, necesario, placentero, y lo que es cultural, irracional, moda, manía, adicción, comercio, manipulación de una necesidad.

El 1º que habló vuelve a la carga. - ¿Hasta dónde llega la necesidad como tal y la imposición cultural, aunque esa separación sea casi imposible porque actualmente todo eso está muy mezclado? 

Desde luego, a la necesidad biológica se le ha untado y acicalado con otras falsas necesidades no biológicas. Por intereses económicos que siempre mediatizan todo, pero, además, se crea una falsa necesidad, una adicción, con lo que el cerebro, en lugar de buscar lo que necesita realmente busca entonces otra cosa. 
Es decir, incide de un modo más grave en modificaciones psicológicas. 
Al modificar las necesidades se modifica la propia estructura de la personalidad, de lo que se es y de lo que se desea. 
Y es muy difícil deslindar una cosa de la otra.
¿Cómo se modifica la personalidad y qué consecuencias lleva?

W. Reich creía que con la represión sexual se modificaba la personalidad. Según él se hacía un ser dependiente mediante esa represión, de modo que mientras los jóvenes no pudieran manifestar libremente su sexualidad, su psiquismo permanecía encorsetado. Según esto también, la sociedad represiva, fascista, capitalista y religiosa creía que si se le daba manga ancha a la sexualidad llegarían la revolución y el caos. 
Y se abrió seguidamente una lucha en los frentes anti represivos y anticapitalistas por la liberación sexual, creyendo quizá que después llegarían de la mano todas las libertades.

Y la libertad sexual llegó y las libertades cada vez son menores. El capitalismo se apropió de la llamada libertad e hizo de ella un negocio y una manipulación. Hay muchos libros escritos sobre la falsa idea de la liberación sexual, al menos de sus resultados.

¿Qué ha fallado entonces? ¿Qué berenjenal es este? Vamos a intentar salir de él.

Yo creo, yo pienso, no se lo achaco a ninguna doctrina: Primero, que la necesidad sexual no es exclusiva ni acaparadora, sino que, lo que acapara es su utilización. 
Lo que significa, que conscientemente se puede prescindir de ella y no suponer una frustración determinante ni enfermiza. 
En algunos momentos y periodos de la vida como en la juventud, puede ser muy fuerte y necesaria, pero en otros no. 
Puede ser una necesidad, pero no en sí misma, sino para llenar vacíos. Puede suplir o enmascarar otras carencias: de amor, de realización personal, de reconocimiento social, de saber, de empoderamiento, etc. O puede simplemente ser una descarga de energía y de tensiones que no se habían vertido en otras realizaciones.

Las necesidades básicas son muchas más que las materiales como la comida y el sexo, sino otras de orden psíquico como la realización personal total con todas sus implicaciones, el desarrollo de todas sus potencialidades, el hacerse maduro y libre a nivel psicoafectivo sin ataduras parentales ni de otras autoridades sociales y políticas. El acceso al conocimiento, al arte. A tener una actividad laboral o de intereses personales satisfactoria. A liberarse de la opresión real en el trabajo. Y el amor -que es distinto al sexo- la capacidad de darse a otros, de tener empatía, comprensión y respeto por los demás y por la naturaleza. 
Superada la dependencia afectiva y superado el narcisismo y el egoísmo, -y satisfechas por supuesto las necesidades básicas como la alimentación y el sexo- cada uno puede dedicarse a otras realizaciones transpersonales y espirituales como la realización creciente y la lucha por los derechos fundamentales de la humanidad y por la vida en la tierra.

El sexo ha de ir ligado al amor, al afecto, al respeto y muchas veces se confunde con ello y se utiliza para satisfacer esa otra necesidad. 
Si nos quedamos anclados en las necesidades primarias no evolucionamos o evolucionamos mal, o evolucionamos hacia atrás lo que significa degeneración.
Pero para evolucionar bien las necesidades primarias han de estar cubiertas y saber distinguirlas.

Otra necesidad primaria, y primordial, de la que no se habla, es del amor, entendido este como respeto a la propia persona, su ser, sus potencialidades y al desarrollo pleno de ellas. En caso contrario, uno se queda anclado y busca la falsa necesidad creyendo que ella es la verdadera. 
Busca sexo por amor. Busca sexo por realización personal. Porque el sexo, le da poder, afecto, aprecio, estima, valoración, etc., etc. aunque todos ellos sean ficticios. Porque la gente y la cultura han encumbrado el sexo y lo hacen ver como el culmen de las necesidades. 


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