En cualquier caso, la consciencia corporal implica la consciencia del espacio, y la consciencia de los otros. Porque nuestro cuerpo ocupa un espacio, y cuando se mueve y se desplaza, un espacio que también está ocupado por los otros, por lo tanto se necesita un mínimo de consciencia del espacio que nos rodea y de las demás personas que viven y habitan ese espacio.
Hemos de ser conscientes de que nuestro cuerpo, nuestra psiquis, nuestra personalidad, nuestra supervivencia meramente animal, pero más aún social depende del medio ambiente en que vivimos, un medio no solo físico, sino social y cultural, creado y alimentado diariamente por las demás personas, que también viven en ese espacio y es compartido por ellos.
Vivir significa compartir. No podemos vivir sin los demás.
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