La desigualdad engendra la pobreza.
La pobreza desarrolla una mente servil
e ignorante.
Joaquín Benito Vallejo
Lo biológico
- lo social – lo psíquico – lo cultural: diferentes círculos interrelacionados
entre sí -tejidos conjuntamente- y determinantes unos para otros, conformando a su vez nuestras vidas.
Atengámonos
al círculo social y lo definamos como el conjunto dominante del estilo de vida,
que implica, pensamiento, costumbres, moral, relaciones…
Este estilo de vida
social conforma la personalidad de los individuos que viven en ella, lo que se
sintetiza en la forma de ser de cada uno, de su pensar, de su razonar, de sus
relaciones con los demás.
Una sociedad determinada conforma a su vez unas psiques
en concordancia con ella, con la matriz de la que nacen y a la que pertenecen.
Aunque
la sociedad no sea compacta en cuanto que hay muchas diferencias en los grupos
sociales, la dominancia social pertenece a quienes más influencia ejercen en la
sociedad, que corresponde siempre a quienes detentan el poder, los medios de
producción, los mayores recursos económicos.
La dominancia
social determina también la forma de actuar de las instituciones diversas que
constituyen esa sociedad, sobre todo la dedicada a la información, porque esta
es fundamentalmente el medio de propagar -propaganda- la ideología de la
sociedad. Añádase además la educación y la cultura oficial.
La ignorancia es debida a una serie de
hechos sociales, en los cuales tiene mucho que ver la
formación de la personalidad.
En esta también influye la pobreza, que a su vez
es producto de la injusticia social basada en la desigualdad
general en todos los órdenes, económico y cultural, sobre todo.
Cuando las personas eligen -y no solo lo eligen, si no, que lo desean- lo
que va en contra de sus necesidades más elementales se debe a la ignorancia,
-es lo más obvio, pero se desconoce que esa ignorancia- está anclada -y escondida- en la estructura de la personalidad del individuo, por lo que resulta más difícil eliminarla.
Y es reforzada también por una ideología
inculcada en la estructura psíquica, a la vez que se teje la personalidad
y el carácter de la persona. La ideología -contraria a los propios
intereses- refuerza a su vez la ignorancia enmascarándola como sabiduría, moral
y razonamiento.
A los pobres se les educa -domestica- en la obediencia, la dependencia, el
masoquismo. A los ricos se les educa en el mando, la opresión, el poder, la
codicia, el sadismo.
Capitalismo y machismo van de la mano. Los ricos creen que los pobres han nacido para estar a su servicio.
Mientras que el macho -hombre- piensa que la hembra -mujer-ha nacido para estar al suyo.
Mientras que el macho -hombre- piensa que la hembra -mujer-ha nacido para estar al suyo.
La estructura de la ignorancia forma parte de la estructura
psíquica, se construye junto con ella, se tejen en común.
La domesticación basada en la falta de respeto y de aceptación de los niños
y niñas, en el impedimento de manifestar y de satisfacer sus impulsos naturales
innatos, y sus potencialidades biológicas. En el desamor.
Mediante la inmadurez psicoafectiva que hace que la persona adulta
busque representaciones simbólicas de la madre, el padre y la seguridad,
en la patria, en autoridades externas e instituciones, lo que
conduce a la obediencia y el seguimiento de las costumbres y las leyes establecidas.
-Esto anula de raíz la capacidad crítica que se verá reforzada después con
otras acciones como la ideología y la cultura del poder-
Deshaciendo la necesidad de saber al cortar las ansias de investigar
del niño, reforzado con el dato real de que al pobre le faltan recursos
materiales para ello, más la creencia de que se es pobre por ley divina
o natural, se instala la ignorancia como un rasgo del carácter del individuo.
Para acabar con la ignorancia hay que acabar previamente con sus
causantes.
Se han de respetar y potenciar los impulsos, necesidades y potencialidades innatas.
Ha de despertarse de nuevo la necesidad y el gusto de ser y de saber.
Conocer la historia, la capacidad crítica, los problemas humanos y sus raíces, la realidad social, la política y los políticos, la educación, la antropología, la psicología.
Hay que acabar
con la creencia de que se es listo o sabio por ley divina.
Hay que dedicar los
recursos necesarios en ello, el tiempo, el ocio, la costumbre, las relaciones.
Y
hay que desterrar la cultura impuesta, la tradición, los hábitos...
Para hacerse libre, antes ha de reconocerse que uno es esclavo, y se ha de sentir
la necesidad -y el deseo- de liberarse.
Del mismo modo, para saber, uno ha de
sentir la carencia de no saber, y sentir la necesidad -y el deseo- de aprender.
Para respetar y aceptar a los demás, uno ha de sentirse aceptado y respetado en su ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario