lunes, 8 de julio de 2019

El insulto


EL INSULTO

PRIMERA PARTE. - INDIVIDUALIDAD

El insulto no es la ley del más fuerte, sino del que quiere aparentarlo ser. 
Se cree que insultando es más fuerte y que tiene más poder sobre otro.
-Es una forma también de manifestar la agresividad-. 

Pero, sobre todo, se insulta -o se agrede- cuando no se tienen argumentos para rebatir lo que dice el otro. 
Es más fácil agredir e insultar, y más efectivo -efectos especiales- para la ignorancia de la masa y de la audiencia.

Se cultiva en algunos medios de comunicación de masas, redes sociales y culturales, series y películas también,
- que ensalzan al que da voces e insulta como un acto de valor y de poder -. Y que copian los espectadores para parecerse a los que creen valientes y poderosos.

Siempre se valora más la utilización de la fuerza, que la del diálogo.
 
Ser fuerte es el valor supremo, en contra de ser bondadoso que es el auténtico valor. 

Nuestra sociedad, que es autoritaria, machista y capitalista, -calificativos que engloban una gran multitud de comportamientos y características agresivos e insultantes-, difunde, propaga y ensalza el insulto a través de los múltiples medios de que dispone.

Uno de estos valores es la ley del más fuerte

Y sobre todo, insisto, cuando se insulta o se agrede es porque no se tienen recursos y argumentos para rebatir a la otra persona. 

Por un lado, estos caracteres se inculcan desde la cuna de una manera generalizada. En lugar de posibilitar hacerse a sí mismo como persona, lo que implica la aceptación y el amor a los otros, se educa en el insulto y la agresividad hacia los otros, creyendo que esto es ser más fuerte y mejor.


 ESTOS SON LOS VALORES QUE A ESTE SISTEMA  SOCIAL LE INTERESA, 
VALORES EN LOS QUE ESTA SOCIEDAD SE ASIENTA, 
VALORES QUE A ESTA SOCIEDAD ENSALZAN. 

CULTIVAR EL INSULTO, LA COMPETENCIA, EL SITUARSE POR ENCIMA DE LOS DEMÁS. 
PORQUE CUANDO DOS PERSONAS LUCHAN ENTRE SÍ DEJAN DE LUCHAR CONTRA EL AMO QUE LES EXPLOTA.


 A veces lo hacen de una manera indirecta subliminal, mostrándolo como algo natural y plausible, con formas de comportamiento determinadas. 

Una de ellas es “la ley del más fuerte” vamos a llamarla así en principio. 

Este concepto se basa en la tergiversación que se ha hecho de las leyes de la evolución de Darwin, donde se decía que los animales más aptos son los que mejor evolucionan.

Ser más aptos, significa los que mejor se adaptan al medio. Los que colaboran unos con otros para sobrevivir.
Pero esto se ha traducido como los más fuertes. 

Y ser "los más fuertes" a su vez se les da el significado de aquellos que más pueden, los que mejor se defienden, los más agresivos,  corresponden a ideas militaristas de ataque y agresión.  

Dentro de los estilos de comportamiento, el agresivo es todo lo contrario al asertivo que intenta siempre comprender al otro y llegar a acuerdos con él.

El agresivo no es solo el que quiere imponer su forma de pensar, sino el que quiere imponer las condiciones, el que no negocia con el otro, el que no estima su punto de vista. En definitiva, el que no quiere dialogar porque sabe que dialogando pierde.
Se acerca al otro a partir de la arrogancia, de la superioridad, de la fuerza, del poder, con el ego por delante.Y del que quiere engañar porque esas son sus armas para el engaño.
Desprecia al otro. Su forma de hablar y de comportarse es amenazadora, humillante, destructiva.
Y utiliza la mentira, el engaño, la tergiversación como justificación de sus formas de hacer y de pensar. 

EL INSULTO DEFINE MÁS AL INSULTANTE QUE AL INSULTADO

Cuando se acerca a otro, lo primero que hace es ladrar, -con perdón de los perros, es una especie de metáfora- es decir, mostrar sus armas, decir con el gesto, con la actitud o con las palabras, con la amenaza: cuidado conmigo, ahora te ladro y después te muerdo, si no te sometes a lo que digo. 
¡que yo soy muy fuerte, que yo soy más que tu, que de mí no se ríe nadie...!

Es altanero, habla en voz alta, siempre en estado de defensa y/o de ataque.

Y es lo que reflejan las películas y las series, lo que ensalza este comportamiento. Los protagonistas de la película son así. Todo lo contrario de la humildad y de la bondad.   

Su carta de presentación: -nada más verte el perro ladra, amenaza-. Y/o se defiende, de modo preventivo.

Es un aviso para que tengas cuidado porque si te pasas de la raya, te muerde. Ya, para tenerte sometido de entrada, para que tengas miedo de él, para asustarte y dejarte quieto, sin protestar, sin poder defenderte.
La persona que ladra -insulta y amenaza- en principio lo utiliza como una forma de defensa en forma de ataque previsor.

Eso, -cree, siente y pretende-, darle autoridad ante el otro, tratando de situarse de entrada por encima del otro.

Es un gesto de hacerse el poderoso, ante el otro, - aquí mando yo, ojito conmigo, ten cuidado..., etc. 
Después, a posteriori, pueden hacerse las victimas, -haciéndote coger complejo de culpa- pueden decir que ellos son buenos, respetuosos, etc.

Psicológicamente, cuando uno necesita sentirse superior al otro y hace lo que cree para ello, es porque en el fondo tiene un complejo de inferioridad, que necesita compensar con ese gesto y actitud de superioridad.

Nadie va insultando si no se siente inferior y necesita utilizar el insulto como una máscara, disfraz o escudo para presentarse ante el otro.

El insulto va unido a otra serie de actitudes, como sentirse siempre ofendido, creer que te ríes de él con lo que dices, sentir que hablan mal de él, sentir que le tomas por tonto, etc. 

Y también con otra serie de actitudes similares como la acusación, la descalificación, el desprecio, la reacción, la defensa, etc.

Y sobre todo, insisto, 
cuando se insulta o se agrede es porque no se tienen recursos ni  argumentos para rebatir a la otra persona. 
Se tiene un complejo de inferioridad respecto al otro.
O no tiene otro recurso que el engaño.


SEGUNDA PARTE. - POLITICO

En principio, no se puede decir que todos los políticos son iguales, -con desprecio-porque con esta definición se favorece al malo, porque hay algunos políticos que son buenos. Con que haya un solo político que sea bueno, ya se le está equipando con el malo.  
Por tanto, no. Ni todos los políticos son iguales, ni todos los ingenieros, ni todos los novelistas, ni todos los abogados, ni todos los humanos son iguales. Los hay buenos, -la mayoría- los hay malos, y los hay muy malos.

En la actualidad, el político, sobre todo del PP de modo general, utiliza el insulto, el desprecio, el calificativo injustificado, etc., porque no tiene argumentos para rebatir lo que el político progresista representa. No lo puede rebatir y no le interesa argumentar, porque con sus argumentos se retrataría, dejaría plasmado que él defiende la injusticia, defiende a los ricos en contra de los pobres, defiende los privilegios de algunos en contra de los derechos de la mayoría. 
Y, como quiere ocultar quién es, cuáles son sus intereses reales, en contraposición insulta al otro, le llama felón, comunista, terrorista, antiespañol, y miles de insultos más, -que son mentira- con el objetivo de ocultar sus propios intereses y engañar al  pobre y al ignorante, posible votante.


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