Sexualidad - biología
y cultura
Joaquín Benito Vallejo
¿Qué es una cosa y qué la otra?
¿El sexo y los comportamientos en torno a él corresponden a un aspecto
biológico o cultural?
Es biológico dicen algunos: hay necesidad del sexo como de la comida.
Vale, de acuerdo. El sexo igual que la comida es una necesidad biológica.
Pero, de modo parecido a la comida cabe preguntarse, ¿Cuánta es la
cantidad? ¿Cuál es la calidad? ¿Tienen una medida o corresponden al libre
albedrío? ¿Cada uno come y folla hasta que se sacia? ¿Tienen la misma medida el
sexo y la comida?
Antiguamente, en diversas épocas
y culturas ¿se saciaban esas necesidades igual que ahora?
No, no se comía igual y
seguramente tampoco se jodía de la misma manera.
Entonces podemos deducir que hay algo cultural.
Pero ¿se comía y se jodía mejor o peor? ¿El hecho de comer marisco o
jamón u otra cosa cualquiera considerada cara, de lujo, exquisita, significa
comer mejor?
Aquí podemos mencionar la necesidad y el placer. Dos cosas distintas
pero basadas la una en la otra. Si comer -o follar- fuera displacentero no
sería una necesidad natural, porque las necesidades deben basarse en el placer.
La biología hace que lo necesario para vivir sea placentero, en caso contrario
el ser vivo lo rehuiría.
Podemos comer cualquier cosa para alimentarnos, pero a ello le añadimos
lo que más nos gusta. Y además el hacerlo en buena compañía y compartiendo
otras cosas. De modo similar podemos actuar con el sexo: además de lo necesario
le añadimos los ingredientes que más placer nos procuran y lo hacemos en una
buena compañía donde además se compartan otras cosas, otros sentidos además de el afecto o el amor.
Aprovecho para decir que comer no es solo engullir, con lo que se tiene el mínimo disfrute de la comida. Ni tampoco el sexo consiste solo en meterla o que te la metan, sino en todo lo que hay alrededor, donde otros sentidos hacen el mayor disfrute: tacto, olfato, gusto, oído, vista.
No podemos establecer quizá lo que es y era mejor y peor de una manera
escueta. Cada persona puede tener diferentes gustos, a unos gustarle más las
acelgas y a otros los espárragos. A unos no les puede gustar ni el jamón ni el
marisco. A otros les pueden gustar las gallinejas, las chuches, el tocino, los
dulces, el café, los licores…
En todo parece haber gustos, costumbres, manías, caprichos, modas, adiciones,
o imposiciones del mercado. Hay tantas formas de comer como posibilidades
monetarias y culturales. Podríamos decir entonces que la comida es una
necesidad biológica, pero la forma de comer, lo que se come, cuánto y como es
cultural.
Que en torno a la comida, que es una necesidad básica biológica, se
ha establecido un negocio cada vez mayor, que es cultural. Y en el negocio se pierde la ética, ganar más
como sea independientemente de que lo que se consume sea bueno o malo.
¿Qué debemos comer y qué follar? ¿con cuánta periodicidad debemos
hacerlo? ¿hay personas que necesitan una cosa -alimento o sexo- y otras, otra
cosa distinta? Aceptemos, con una cierta lógica, que es así, unas personas
necesitan una cosa y otras, otra distinta. Pero ¿esa diferencia es biológica o
cultural? Estimemos también, con otra lógica similar, que lo biológico es lo
natural, lo bueno, y, por tanto, lo cultural se vuelve antinatural, y malo.
Pero ¿es así? ¿Seguro que lo biológico es bueno y lo cultural malo? O, ¿hay una
parte buena y otra parte mala en ambos casos?
No podemos desprendernos ni de lo biológico ni de lo cultural,
necesitamos ambos ingredientes para ser humanos. Lo que nos ha hecho humanos es
lo cultural basado en lo biológico o genético. Pero, mientras que lo biológico
es bueno en principio, de no ser que se nazca con una tara o malformación, lo
cultural tiene también cosas muy buenas y también malformaciones y taras.
Todo esto surgió un día en que se oyó por la radio que habían inventado
un aparato para chupar el clítoris. Alguien de los oyentes exclamó ¡qué
aberración, ya no saben que inventar! Otro oyente rebatió: pues no es una
degeneración, es algo natural, la mujer que no tiene pareja puede comprarse un
chupador de clítoris, porque el sexo es una necesidad igual que la comida.
Silencio.
¿Chupar el clítoris es una necesidad biológica?
En principio podemos afirmarlo. ¿pero hacer aparatos especiales para
ello…, dónde lo situamos?
Intentemos razonar, intentemos deslindar lo que es natural, biológico, necesario,
placentero, y lo que es cultural, irracional, moda, manía, adicción, comercio,
manipulación de una necesidad.
El 1º que habló vuelve a la carga. - ¿Hasta dónde llega la necesidad
como tal y la imposición cultural, aunque esa separación sea casi imposible
porque actualmente todo eso está muy mezclado?
Desde luego, a la necesidad
biológica se le ha untado y acicalado con otras falsas necesidades no biológicas.
Por intereses económicos que siempre mediatizan todo, pero, además, se crea una
falsa necesidad, una adicción, con lo que el cerebro, en lugar de buscar lo que
necesita realmente busca entonces otra cosa.
Es decir, incide de un modo más
grave en modificaciones psicológicas.
Al modificar las necesidades se modifica
la propia estructura de la personalidad, de lo que se es y de lo que se desea.
Y es muy difícil deslindar una cosa de la otra.
¿Cómo se modifica la personalidad y qué consecuencias lleva?
W. Reich creía que con la represión sexual se modificaba la personalidad. Según
él se hacía un ser dependiente mediante esa represión, de modo que mientras los
jóvenes no pudieran manifestar libremente su sexualidad, su psiquismo
permanecía encorsetado. Según esto también, la sociedad represiva, fascista,
capitalista y religiosa creía que si se le daba manga ancha a la sexualidad
llegarían la revolución y el caos.
Y se abrió seguidamente una lucha en los
frentes anti represivos y anticapitalistas por la liberación sexual, creyendo quizá
que después llegarían de la mano todas las libertades.
Y la libertad sexual llegó y las libertades cada vez son menores. El
capitalismo se apropió de la llamada libertad e hizo de ella un negocio y una
manipulación. Hay muchos libros escritos sobre la falsa idea de la liberación
sexual, al menos de sus resultados.
¿Qué ha fallado entonces? ¿Qué berenjenal es este? Vamos a intentar
salir de él.
Yo creo, yo pienso, no se lo achaco a ninguna doctrina: Primero, que la
necesidad sexual no es exclusiva ni acaparadora, sino que, lo que acapara es
su utilización.
Lo que significa, que conscientemente se puede prescindir de
ella y no suponer una frustración determinante ni enfermiza.
En algunos
momentos y periodos de la vida como en la juventud, puede ser muy fuerte y
necesaria, pero en otros no.
Puede ser una necesidad, pero no en sí misma, sino
para llenar vacíos. Puede suplir o enmascarar otras carencias: de amor, de
realización personal, de reconocimiento social, de saber, de empoderamiento, etc.
O puede simplemente ser una descarga de energía y de tensiones que no se habían
vertido en otras realizaciones.
Las necesidades básicas son muchas más que las materiales como la
comida y el sexo, sino otras de orden psíquico como la realización personal
total con todas sus implicaciones, el desarrollo de todas sus potencialidades,
el hacerse maduro y libre a nivel psicoafectivo sin ataduras parentales ni de otras
autoridades sociales y políticas. El acceso al conocimiento, al arte. A tener
una actividad laboral o de intereses personales satisfactoria. A liberarse de
la opresión real en el trabajo. Y el amor -que es distinto al sexo- la
capacidad de darse a otros, de tener empatía, comprensión y respeto por los
demás y por la naturaleza.
Superada la dependencia afectiva y superado el
narcisismo y el egoísmo, -y satisfechas por supuesto las necesidades básicas
como la alimentación y el sexo- cada uno puede
dedicarse a otras realizaciones transpersonales y espirituales como la
realización creciente y la lucha por los derechos fundamentales de la humanidad
y por la vida en la tierra.
El sexo ha de ir ligado al amor, al afecto, al respeto y muchas veces
se confunde con ello y se utiliza para satisfacer esa otra necesidad.
Si nos quedamos anclados en
las necesidades primarias no evolucionamos o evolucionamos mal, o evolucionamos
hacia atrás lo que significa degeneración.
Pero para evolucionar bien las necesidades primarias han de estar
cubiertas y saber distinguirlas.
Otra necesidad primaria, y primordial, de la que no se habla, es del
amor, entendido este como respeto a la propia persona, su ser, sus
potencialidades y al desarrollo pleno de ellas. En caso contrario, uno se queda
anclado y busca la falsa necesidad creyendo que ella es la verdadera.
Busca
sexo por amor. Busca sexo por realización personal. Porque el sexo, le da
poder, afecto, aprecio, estima, valoración, etc., etc. aunque todos ellos sean
ficticios. Porque la gente y la cultura han encumbrado el sexo y lo hacen ver
como el culmen de las necesidades.