miércoles, 27 de septiembre de 2023

FEIJÓ – PROPUESTO MEJOR ACTOR DEL AÑO.

               


FEIJÓ – PROPUESTO MEJOR ACTOR DEL AÑO.


Se ha propuesto que a Feijó se le conceda el premio a mejor actor del año. 

Ha demostrado ampliamente sus cualidades. Se mete en el personaje hasta las entrañas, sin dejar de tener consciencia de que está interpretando un personaje. 

Un personaje además con varias caras, a veces es dramático, otras veces cómico, otras, burlón, se le da muy bien la ironía y la tragedia a la vez, el chiste y la sentencia. Pero a este actor lo que mas le va es la farsa, un tipo de comedia llamado farsa. De hecho, tiene escrito un libro sobre su vida con el título "Biografía de un farsante".  

Domina la escena plenamente, hace pausas muy significativas que realzan su actuación, y otras veces repeticiones que también lo realzan. 

En su obra de teatro se ha aprendido muy bien lo que ha de expresar el personaje y lo repite con insistencia y efectos especiales. 

El actor recalca ser un hombre justo, honrado, honesto, incorruptible, que no vende su dignidad por un plato de lentejas, dicho de otra manera, que renuncia a ser presidente para no venderse a los malos. Todos saben que no renuncia a ser presidente, sino que simplemente no tiene los votos necesarios. Pero el personaje lo repite insistentemente, hasta que el coro lo aplauda fuertemente. Dice proclamar la igualdad de todos los españoles. No se sabe que es eso ¿que es la igualdad de todos los españoles? Sería algo así como que los empresarios ganaran igual que sus empleados. 

Tiene comprada totalmente a la claque, esa parte del teatro que entra gratis con la condición de aplaudir y resaltar la gracia, y la dramaturgia del actor, elevándole a la cima. 

Con esos intervalos de cientos de aplausos, el actor realza su figura y se relame de su interpretación. 

Desde el primer momento se ha estudiado bien el personaje, tanto el contenido de la obra que ha de decir, como la forma de decirlo, expresarlo y exagerarlo. 

Sabe que todo es mentira, que está interpretando una gran obra de teatro, y tiene control sobre su personaje. No tiembla, no duda, no manifiesta escalofríos, no se inmuta. E incluso tiene recursos para improvisar cuando alguna vez se sale del personaje o aparece algo que no estaba en el guion de la obra. 

Actúa sobre todo para sí mismo, para que le admiren, para demostrar lo buen actor que es, para demostrar que no es un actor, sino que es un personaje real. Que todo lo que dice ese personaje es verdad. Se ha reencarnado en el personaje. Tiene una cualidad inmensa para ello. 

Y más que para asombrar a los de fuera, es para asombrar a los suyos, para demostrar que es el mejor de todos ellos, no sea que alguien de entre ellos, -los suyos-, tenga pensado quitarle el puesto. 

Los de fuera, también se creen su interpretación. Por está razón, quizá, no puedan con él. 

Ellos no se creen que es un personaje el que está actuando, creen que es una persona real que a veces parece que miente, por ello se presentan ante él dándole la réplica como personas reales, hablándole en serio. Pero, quizá también debieran responderle como actores, hacer dramatizaciones, parodias, burlas, ironías, todo eso entraría en el papel, menos hablar en serio. O quizá también, decirle claramente que es un personaje de ficción, que todo es una obra de teatro, porque quizá a veces pierda el sentido de la realidad. 

También porque a un actor, que está interpretando un papel en una obra de teatro, no se le puede hablar en serio, sino como otro actor y personaje de la obra. 

La obra de teatro ya estaba preparada de antemano, muy preparada y ensayada cien por cien, incluso haciendo una representación gratuita en la calle, como un festival, para ganar adeptos, y ensayar el personaje y el papel cara al público, además de ganarse incondicionales. 

De todas formas, quienes aplauden a la obra y al actor, ya están a su lado desde antes. Cada uno va a ver el teatro que quiere ver. Y el actor representa la obra que quieren los espectadores. De esa manera se alimentan unos a otros. A otros no les gusta ni el actor, ni el personaje ni la obra, por lo tanto, nunca le aplaudirán. 

Luis Tosar, Karra Elejalde, Javier Bardén, ¡cuidado! os ha quitado el puesto, alguien que creíamos era un principiante, pero no, estábamos equivocados, es portador de un gran bagaje como actor, que no había sido tenido en cuenta. 

El público ya es suyo. Ha descargado adrenalina a chorros, se ha ensalzado a sí mismo y asombrado a los demás. Hoy descansará a la pata suelta, eufórico, acabada la comedia, hasta él se ha creído el personaje y la obra de teatro, se cree un héroe, el héroe de la obra y más aún. Se ha llevado el personaje a su vida. Lo lleva a todos los lados, ya no puede vivir sin ese personajes inventado. Ha hecho del teatro su vida. 

Hay gente que hace de la vida un teatro, y de la política, lógicamente. Se ganan la vida con ese teatro. Han de mimarlo, cultivarlo y perfeccionarlo con ese objetivo. El teatro elaborado, engaña sobre todo a sus incondicionales adeptos. Se alimentan de ese teatro. Y es para ellos para quienes se hace el teatro. Los otros no comulgan con ese teatro, quieren vidas auténticas, no teatros. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario