SUBLIME IDEOLOGÍA – Zizek-
PREAMBULO
La teoría lacaniana como una entidad especifica, sino que se articula siempre en una serie de equivalencias.
Están en juego cuatro posiciones éticas diferentes y, a la vez, cuatro nociones diferentes de sujeto.
La noción de sujeto.
-1- Foucault: Cada sujeto, sin apoyo alguno de normas universales, ha de construir su propio modo de autodominio, ha de armonizar el antagonismo de poderes en su interior, / 1-el poder de la familia; 2- el de la sociedad; 3- el poder de los más media – la llamada opinión pública-; / Ha de inventarse, producirse como sujeto, encontrar su propio y particular arte de vivir. / en contra de muchas presiones externas, ha de intentar ser él mismo / yo me hice en contra de lo marcado por mis padres, el pueblo, la opinión externa en general /
-2- La realización que más se le aproxima sería el ideal renacentista de la "personalidad acabada" que domina las pasiones interiores y hace de la vida una obra de arte.
El Sujeto, como el poder de auto-mediación y armonización de las fuerzas antagónicas, y como vía para dominar el uso de los placeres, a través de una restauración de la imagen del yo.
Habermas y Foucault son las dos caras de una misma moneda.
La ruptura es de Althusser con su insistencia en el hecho de que una cierta fisura, un reconocimiento falso, es lo que caracteriza a la condición humana en cuanto tal; con la tesis de que la idea del posible fin de la ideología es una idea ideológica.
Su obra encarna una actitud radical, ética, que podríamos denominar el heroísmo de la enajenación o de la destitución subjetiva(precisamente porque Althuser niega la noción misma de "enajenación" como ideológica.
Según esta perspectiva, el sujeto se constituye por medio de un reconocimiento falso.
En contraste, con esta ética althuseriana de la enajenación en el simbólico "proceso sin sujeto”, podríamos señalar la ética que implica el psicoanálisis lacaniano como la de la separación.
Lacan: No ceder al propio deseo apunta a que no hemos de borrar la distancia que separa lo real de su simbolización. Es este plus de lo real que hay en cada
simbolización es lo que aparece como objeto-causa de deseo. Aquí reside un núcleo que se resiste a la integración-disolución simbólica.
La misma lógica que condujo a la humanidad hacia la enajenación y la división de clases crea también las condiciones para la abolición de las mismas.
No es posible resolver ninguna cuestión en particular sin resolver todas
ellas, sin resolver la cuestión fundamental que plasma el carácter antagónico de la totalidad social.
Mientras las relaciones sociales estén dominadas por el Capital, siempre habrá sexismo en las relaciones entre los sexos, siempre habrá amenaza de guerra mundial, siempre existirá el peligro de que las libertades políticas y sociales se suspendan, y la naturaleza seguirá siendo objeto de despiadada explotación.
La clave de la liberación reside en el cambio de la estructura represiva libidinal. Véase Marcuse.
El psicoanálisis lacaniano da un paso decisivo al afirmar la irreductible pluralidad de las luchas particulares.
LA NOCIÓN DE “PULSIÓN DE MUERTE" de Freud:
No es un hecho biológico, sino una noción que indica que: el aparato psíquico humano está subordinado a un automatismo de repetición ciego más allá de la búsqueda de placer, de la autoconservación, de conformidad del hombre con su medio.
El hombre es un animal enfermo de muerte, (Hegel) extorsionado por un insaciable parasito -la razón-.
La "pulsión de muerte", dimensión de radical negatividad, no puede ser reducida a una expresión de las condiciones sociales enajenadas. sino que define la condición humana en cuanto tal.
Lo que hay que hacer no es "superarla", ni "abolirla", sino llegar
a un acuerdo. Aprender a reconocerla en su dimensión aterradora y después tratar de articular una forma de vida con todo ello.
Toda "cultura" es en cierto modo una formación-reacción, un intento de limitar, de canalizar, de cultivar este desequilibrio, este trauma, este antagonismo, por el cual, el hombre corta su cordón umbilical con la naturaleza, con la homeostasis animal.
La aspiración de abolirlo es precisamente la fuente de la tentación totalitaria.
Los mayores asesinatos de masas y holocaustos siempre han sido perpetrados en nombre del hombre como ser armónico, de un Hombre Nuevo sin tensión antagónica.
Para estar en conformidad con su entorno, lo único que el hombre puede hacer es aceptar plenamente esta fisura, este estructural desarraigo, y tratar en la medida de lo posible de remendar después las cosas.
La ilusión de un posible regreso a la naturaleza, la idea de una socialización total de la naturaleza- son una senda directa al totalitarismo.
La única base para una relación en cierta manera soportable entre los sexos es el reconocimiento de este antagonismo básico.
La democracia siempre acarrea la posibilidad de corrupción.
Cada intento de eludir este riesgo inherente y de restaurar la democracia "real"
necesariamente su opuesto, termina en lo que acarrea su opuesto: la abolición de la democracia misma.
Ernestu Laclau v Chantal Mouff: su teoría del campo social se basa en
esta noción de antagonismo, trauma original, imposible de simbolización.
Todo intento de simbolización - totalización viene después y es un intento de suturar una hendidura original, intento que, en último término, está por definición condenado al fracaso. Vivimos en un Inter espacio y en tiempo prestado. Toda solución es provisional y temporal.
El "conocimiento absoluto" denota una posición subjetiva que finalmente acepta la "contradicción" como condición interna de toda identidad.
EL OBJETICO DE ESTE LIBRO ES PUES, TRIPLE:
-1- Servir de introducción a algunos de los conceptos fundamentales del psicoanálisis lacaniano.
-2- La teoría lacaniana es tal vez la versión contemporánea más radical de la Ilustración.
-3- Contribuir a la teoría de la ideología a través de una nueva lectura de algunos conocidos temas clásicos (fetichismo de la mercancía y demás) y de algunos conceptos lacanianos cruciales que, a primera vista, nada tienen que
ofrecer con la teoría de la ideología: el "punto de acolchado”.
INTRODUCCIÓN
LACAN abre una nueva manera de abordar la ideología que nos permite captar fenómenos ideológicos contemporáneos (cinismo, "totalitarismo”)
PRIMERA PARTE.
¿CÓMO INVENTÓ MARX EL SÍNTOMA?
MARX. FREUD: EL ANÁLISIS DE LA FORMA
Hay una homología fundamental entre el procedimiento de interpretación de Marx y de Freud. En ambos casos, se trata de eludir la fascinación propiamente fetichista del "contenido" supuestamente oculto tras la forma:
El "secreto" a desvelar mediante el análisis no es el contenido que oculta la forma (la forma de las mercancías, la forma de los sueños, sino el “secreto” de esta forma.)
¿Por qué los pensamientos oníricos latentes han adoptado esta forma, por qué se traspusieron en forma de sueño?
Sucede lo mismo con las mercancías. Hay que explicar por qué el trabajo asumió la forma del valor de una mercancía.
El pensamiento "normal", preconsciente / consciente no es atraído hacia el inconsciente, reprimido, por el carácter "desagradable" que tiene para el consciente, sino porque entra en una especie de cortocircuito con otro deseo que ya está reprimido, localizado en el inconsciente, un deseo que no tiene nada que ver con el pensamiento latente del sueño.
Siempre hay tres elementos en funcionamiento: -1- el texto del sueño manifiesto, -2- el contenido del sueño latente o pensamiento y -3- el deseo inconsciente articulado en el sueño.
La forma de un sueño o la forma en la que este se sueña se usa con frecuencia para representar su materia oculta -38- el deseo inconsciente, aquel que supuestamente es su núcleo más oculto, se articula precisamente a través de un trabajo de disimulación del "núcleo" de un sueño, su pensamiento latente, a través del trabajo de disfrazar este núcleo-contenido mediante su traslado al jeroglífico del sueño.
El sueño no es más que una forma particular de nuestro pensamiento, posibilitada por las condiciones del estado del dormir.
Hay que concebir el sueño como un fenómeno significativo, como algo que trasmite un mensaje reprimido que se ha de descubrir mediante un procedimiento de interpretación.
EL INCONSCIENTE DE LA FORMA MERCANCÍA -38-
Antes de que el pensamiento pudiera llegar a la pura abstracción, está ya actuaba en la efectividad social del mercado.
La mercancía se reduce a una entidad abstracta.
– independientemente de su naturaleza particular, de su “valor uso" posee el mismo valor" que otra mercancía por la que se intercambia.
El modo más fácil de detectar la efectividad de este postulado es pensar
en cómo nos comportarnos frente a la materialidad del dinero.
La noción psicoanalítica del dinero como objeto "pre-fálico"- "anal", es aceptable, siempre que no olvidemos hasta qué punto esta existencia postulada del cuerpo sublime depende del orden simbólico.
La dimensión fundamental de la "ideología” no es simplemente una "falsa conciencia", una representación ilusoria de la realidad.
Es más bien esta realidad a la que ya se ha de concebir como "ideológica".
Ideológica es una realidad social cuya existencia implica el conocimiento de sus participantes en lo que se refiere a su esencia, la efectividad social, cuya misma reproducción implica que los individuos "no sepan lo que están haciendo.
Ideológica no es la falsa conciencia de un ser social, sino este ser, en la medida en que está mantenido por la falsa conciencia.
La dimensión del síntoma: una formación cuya consistencia implica un cierto no conocimiento por parte del sujeto".
EL SINTOMA SOCIAL
Marx inventó el síntoma -dice Lacan- detectando una fisura, un cierto desequilibrio "patológico. -Considerar que el obrero es libre de vender su trabajo-
FETICHISMO DE LA Mercancía
El fetichismo de la mercancía es "para los hombres, la forma fantasmagórica de una relación entre cosas. El rasgo esencial del fetichismo de la mercancía no consiste en el reemplazo de los hombres por cosas, consiste en un falso
reconocimiento.
Sólo reflejándose en otro hombre, en la medida en que este otro hombre ofrece una imagen de su unidad- puede el yo alcanzar su identidad
propia; identidad y enajenación son, así pues, estrictamente
correlativas.
Se es rey porque los otros hombres se comportan ante él como súbditos. Ellos creen que son súbditos, cuando dan al rey tratamiento real porque el rey es ya en sí, fuera de la relación con sus súbditos, un rey; como si la determinación
de ser un rey" fuera una propiedad natural de ser un rey.
RISA TOTALITARIA – 54-
Todos vivimos en un mundo de signos que se refieren a otros signos.
Un compromiso excesivo con el Bien puede en sí convertirse en el mayor MAL: el Mal en realidad es cualquier clase de dogmatismo fanático,
en especial el que se ejerce en nombre del supremo Bien.
Nuestra obsesión por el Bien se puede convertir en una fuerza del Mal.
El verdadero Mal es la mirada supuestamente inocente que no percibe en el mundo sino el Mal.
El Bien que se convierte en Mal encubre la experiencia inversa, que es mucho más inquietante: cómo un vínculo fanático obsesivo con el Mal.
En las sociedades contemporáneas, democráticas o totalitarias, esa distancia cínica, la risa, la ironía, son, por así decirlo, parte del juego.
La ideología imperante pretende ser tomada seriamente o literalmente.
Tal vez el mayor peligro para el totalitarismo sea la persona que toma su ideología literalmente -la encarnación de la creencia dogmática que no ríe.
Es ante todo una figura trágica: anticuado, una especie de muerto en vida, un remanente del pasado, y con seguridad no una persona que represente los poderes políticos y sociales existentes.
El CINISMO COMO UNA FORMA DE IDEOLOGIA
La definición más elemental de ideología es probablemente la tan conocida frase de El capital de Marx: ellos no lo saben, pero lo hacen.
El concepto mismo de ideología implica una especie de naiveté
básica y constitutiva: el falso reconocimiento de sus propios presupuestos, de sus propias condiciones efectivas, una divergencia entre la llamada realidad social y nuestra representación distorsionada, nuestra falsa conciencia de ella.
Esa "conciencia ingenua se pueda someter a un procedimiento crítico-ideológico. – 55 -
No se trata simplemente de ver las cosas (la realidad social) como "son en realidad", o de quitarse los anteojos distorsionadores de la ideología; es ver cómo la realidad no puede reproducirse sin esta llamada mistificación
Ideológica. La máscara no encubre simplemente la realidad de las cosas, la distorsión ideológica está inscrita en su esencia misma.
Sloterdiik: ellos saben muy bien lo que hacen, pero, aun así, lo hacen.
Uno sabe de sobra la falsedad. Hemos de distinguir estrictamente esta posición cínica de lo que Sloterdijk denomina kinismo.
Representa el rechazo popular, plebeyo, de la cultura oficial por medio de la ironía y el sarcasmo: enfrentar las patéticas frases de la ideología oficial dominante -su tono solemne, grave- con la trivialidad cotidiana exponerlas al ridículo, poniendo así de manifiesto: los intereses ególatras, la violencia, las brutales pretensiones de poder. la moralidad puesta al servicio de la inmoralidad. la sabiduría cínica es concebir la probidad, la integridad, como una forma suprema de deshonestidad.
La verdad como la forma más efectiva de mentira. Confrontada con el enriquecimiento ilegal, con el robo, la reacción cínica consiste en decir que el enriquecimiento legal es mucho más efectivo y, además, está protegido por la ley. No es simplemente una mentira, sino una mentira que se vuelve como verdad, de un medio de manipulación. -57-
Distinción entre síntoma y fantasía: la razón cínica con toda su separación irónica deja intacto el nivel fundamental de la fantasía ideológica, el nivel en que la ideología estructura la realidad social.
FANTASÍA IDEOLOGICA
¿Dónde está el lugar de la ilusión ideológica, en El “saber” o en el “hacer” en la realidad?
Discordancia entre aquello que la gente efectivamente hace y aquello que piensa que hace.
La ideología consiste en el hecho de que la gente no sabe lo que hace en realidad.
Tiene una falsa representación de la realidad social a la que pertenece.
Lo que ellos no saben es que su realidad está guida por una ilusión.
Saben muy bien cómo son en realidad las cosas, pero aun así lo hacen, como si no Lo supieran.
La ilusión es, por lo tanto, doble. Es lo que se podría llamar fantasía ideológica. La ideología que prevalece es la del cinismo;
LA OBJEETIVIDAD DE LA CREENCIA
Las relaciones cruciales entre las personas asumen la forma de relaciones entre cosas, entre mercancías, y en vez de relaciones entre personas tenemos relaciones sociales entre cosas.
En las llamadas sociedades primitivas, encontramos el mismo fenómeno en forma de "plañideras", mujeres a las que se paga para que lloren en vez de nosotros: -el coro de las tragedias GRIEGAS – la risa enlatada de los programas televisivos- librándonos de la obligación de reir -o de llorar- y después decir que por medio del otro -sentimos- pasándolo bien.
"LA LEY ES LA LEY"
La creencia, lejos de ser un estado "íntimo", puramente mental, se materializa siempre en nuestra actividad social efectiva: la creencia sostiene la fantasía que regula la realidad social. -65-
El enfoque analítico apunta sobre todo a la fantasía ideológica eficiente en la propia realidad social.
Lo que llamamos "realidad social" es en último término una construcción ética; se apoya en un cierto “como si“(actuamos como si creyéramos en la omnipotencia de la burocracia, como si el presidente encarnara la Voluntad del Pueblo, como si el Partido expresara el interés objetivo de la clase obrera ... La creencia se encarna, se materializa, en el funcionamiento efectivo del campo social.
PASCAL: La interioridad de nuestro razonamiento está determinada por la "máquina" externa de la red simbólica en la que están atrapados los sujetos: tenemos tanto de autómata como de espíritu.
Pascal produce la tan lacaniana definición del inconsciente:
El autómata (es decir, la letra muerta, insensible), que dirige a la mente inconscientemente. De este carácter constitutivamente absurdo de la ley, se desprende que hemos de obedecerla, simplemente porque es la ley.
El último fundamento de la autoridad de la ley reside en su proceso de enunciación.
La costumbre constituye toda la equidad, sin más razón que la de ser recibida; es el fundamento místico de su autoridad.
No estamos en realidad obedeciendo a la autoridad, sino simplemente siguiendo nuestro arbitrio, que nos dice que la autoridad merece ser obedecida en la medida en que es buena, sabia, benéfica.
Creer en Cristo porque lo consideramos sabio y bueno es una horrible blasfemia. -encontramos razones que confirman nuestra creencia porque ya creemos- -66-
La obediencia "externa" a la ley, no es sumisión a la presión externa, sino obediencia a un mandato, en la medida en
que es incomprensible, irracional, traumático.
Este es el rasgo fundamental del SUPERYO, un mandato del que se tiene una vivencia traumática, sin sentido.
Lo que se "reprime" no es un origen oscuro de la Ley, sino el hecho mismo de que no hay que aceptar la Ley como verdad, sino únicamente como necesaria.
Las razones de por qué hemos de creer sólo son convincentes para aquellos que ya creen.
Abandona la argumentación racional y sométete simplemente al ritual ideológico, quédate estupefacto repitiendo los gestos sin sentido, actúa como si ya creyeras, y la creencia llegará sola.
Tendría que reconocer al menos su impotencia, su incapacidad de creer en el Sentido de la historia; aun cuando su razón se inclina por la verdad, las pasiones y los prejuicios producidos por su posición de clase le impiden aceptarla. -69-
EL contenido de tu creencia está condicionado de hecho por tu conducta.
Creemos antes de reconocerlo.
Si sigue una costumbre, el sujeto cree sin saberlo, de modo que la conversión final es simplemente un acto formal por el cual reconoce aquello en lo que ya cree. La costumbre externa es siempre un soporte material para el inconsciente. / si hacemos una cosa es porque creemos en ella – o hacerla, nos hace creer en ella / si vamos a misa es porque creemos en todo lo que representa, o, el hecho de ir a misa nos hace creer -o aparentar-en lo que representa /
No eres comunista porque entiendas a Marx, entiendes a
Marx porque eres comunista.
Toda comunicación es imposible porque "estamos totalmente aislados a través de la propia creencia.
KAFKA, CRITICO DE ALTHUSSER
EL carácter externo de la máquina simbólica ("autómata") no es, por lo tanto, simplemente externo: es a la vez el lugar en el
que se representa de antemano y se decide el destino
de nuestras creencias internas más sinceras" e "íntimas.
Cuando nos sometemos a la máquina de un ritual religioso, ya creemos sin saberlo; nuestra creencia ya está materializada
en el ritual externo; ya creemos inconscientemente,
porque es a partir de este carácter externo de la máquina simbólica como podemos explicar el estatus del
inconsciente como radicalmente externo -el de una letra
muerta.
La creencia es un asunto de obediencia a la letra
muerta e incomprendida. Este cortocircuito entre la creencia
íntima y la "máquina" externa es el meollo más subversivo
de la teología pascaliana.
Sabemos por Pascal que esta "internalización", por necesidad estructural, nunca se logra plenamente, siempre hay un residuo, un resto, una mancha de irracionalidad traumática y sin sentido adherida a ella, y este resto, lejos de obstaculizar la plena sumisión del sujeto al mandato ideológico, es la condición misma de ello: es precisamente este plus no integrado de traumatismo sin sentido el que confiere a la Ley su autoridad incondicional: en otras palabras, lo que -en la medida en que elude el sentido ideológico- sostiene lo que podríamos llamar el jouis-sense, goce-en-sentido (goza-significa), propio de la ideología. / la ideología produce un goce – creer en algo que nos desculpabiliza nos alivia / -74-
La "realidad" es una construcción de la fantasía que nos permite enmascarar lo Real de nuestro deseo (Lacan) –
Sucede exactamente lo mismo con la ideología.
Es una construcción de la fantasía que funge de soporte a nuestra"realidad", una "ilusión" que estructura nuestras relaciones sociales efectivas, reales y por ello encubre un núcleo in soportable, real, imposible, antagónico. Ofrecernos la realidad social misma como una huida de algún núcleo traumático, real.
Yo "en mi" no soy nada. El contenido positivo mio es
lo que yo soy para los demás. El sujeto tiene posibilidad de obtener algún contenido, una especie de consistencia positiva, también fuera del gran otro, la red simbólica enajenante.
LA FANTASIA COMO SOPORTE DE LA REALID
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