una, que el resultado de la calidad de la vejez es fundamentalmente social, no biológico; dos, que hay que modificar las condiciones sociales de vida, -las desigualdades económicas y sus efectos-para modificar la vejez; tres, que el mejoramiento de la calidad de la vejez radica en la prevención de sus efectos negativos, como debiera hacerse con cualquier enfermedad, para que esta no exista o sea más benigna, hay que prevenir tanto la enfermedad como sus posibles efectos.
Como en general en nuestra sociedad no existen presupuestos para la prevención de la enfermedad, tampoco existen para la prevención de la vejez.
Por otra parte, la vejez y el envejecimiento, no responde solo a una cuestión física sino sobre todo a un conglomerado psíquico. La salud tampoco es meramente física, sino que atañe a lo psíquico, a lo social y medioambiental.
Con lo cual, cuatro, la prevención de la vejez conlleva un cambio radical en el estilo o forma de vida, vivida previamente. Ese cambio de vida -utópico hoy día- llevará mucho tiempo para dejar de ser utópico, pero implica tener amplia consciencia de ello para poder iniciar el cambio.
Hay que modificar la forma de vivir o estilo de vida, para modificar la vejez.Pero para modificar el estilo de vida y el envejecimiento hay que modificar en gran medida la sociedad y acabar con la desigualdad.
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